viernes, 6 de enero de 2012

El alma que hablar puede con los ojos

Gustavo Adolfo alguna vez dijo El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. Entonces nos preguntaríamos ¿Cuántos besos habremos dado? ¿Cuántas palabras habremos dicho?

A veces me pregunto como es que llegamos acá. Se nos olvidó vivir. Se nos olvidó detenernos en mitad de la calle a saborear el aire. A recordar a quienes nunca conociste pero pisaron la misma piedra que tu estas pisando, a recordar lo que eras antes. Si, está claro... Cambia, todo cambia, como decía La Negra. Pero... ¿Nunca han sentido que el mundo que ustedes creían que tenían se derrumbó? Estas con personas, pero no sabemos si esas personas están contigo. Ya todo es rutinario, te haz puesto a pensar en esto: Si hoy conocieras recién a todas las personas que conoces hace tiempo, ¿qué pensarías de ellas? Por que claro... Uno a veces vive del recuerdo, y no ve más allá de su nariz. Pero aunque duela aceptarlo, las personas cambian. Y a veces esos cambios no son los mejores para uno... Entonces te preguntas ¿En qué momento pasó todo? Todo tan rápido. A veces el tiempo pasa descontrolado, como si estuviera apurado, como si estuviera huyendo de algo... ¿Hay algo peor que el tiempo? Nos limita, nos absorbe, somos dependientes de el. Tanto que se han inventado hasta anillos con reloj!, ¿Se imaginan comprometerse con un anillo con un reloj? "Mi amor, todo el tiempo que pasamos juntos..." 
En mi opinión no debería existir la hora, porque gracias al reloj olvidamos los momentos. Estamos hechos de momentos. No olvidemos de lo que estamos hechos. Todo lo que hemos tenido que pasar para llegar acá. Espero que algún día, más temprano que tarde, el mundo se detenga a pensar en todo lo que perdió y no debería haber perdido, en todo lo que ganó y no debería haber ganado... La vida nos quiere decir algo, y ya no tenemos el tiempo para detenernos y escucharla. Si hiciera un encuesta de cuántas veces se detienen a escuchar a su corazón atentamente, probablemente el porcentaje de personas que lo hace sería más bajo que el cuarto de las personas que le pregunte... Entonces, nos envenenamos cada vez más... Paz.

lunes, 2 de enero de 2012

2012 Detente un momento!

Que no nos canse el camino, debemos disfrutarlo, porque esto es, más que nada, un camino que tiene un final. 

Aún así, nos detendremos, en el mejor de los casos, a mirar el paisaje, o a observar lo que dejamos atrás, trataremos de asomarnos a lo que vendrá, nos detendremos.

También nos detendrá la duda, el miedo, la culpa. Nos condicionará el misterio de los otros caminantes. Nos hará perder el tiempo el peso del equipaje.

Espero verlos, agradezco adivinarlos, sonrío al sentirlos, me entusiasma suponerlos, queridos compañeros de camino, que sea un buen año para todos.