Nada en tu vida es permanente. Tienes que aceptar el cambio y asumir que nada es cien por cien necesario.
A veces te sentirás sola. Te parecerá que todos tienen sus propias vidas y que tú estás flotando en el océano de tu soledad. Estás bien. Al fin y al cabo, solo puedes confiar en ti misma. Serás más fuerte gracias a los momentos en que te sentiste abandonada.
A veces te sentirás poco valorada, derrotada y decepcionada.
Nunca va a existir el momento en que no necesites a tus padres.
Tendrás caídas una y otra vez. Pueden ser problemas sentimentales o de trabajo. En realidad puede ser cualquier cosa. Tienes que volver a pararte, recomponerte, y aprender de tus errores.