sábado, 20 de agosto de 2011

Mirarte a los ojos y tal vez recordarte que antes de rendirnos fuimos eternos

Aburrida vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos. Y en el asiento de enfrente un rostro derrepente claro ilumina el vagón. Esos gestos traen recuerdos de otros paisajes, otros tiempo, en los que una suerte mejor me conoció. No me atrevo a decir nada, no estoy segura... Aunque esos ojos sin duda son los tuyos, más cargados de nostalgia quizás, más oscuros.. Pero creo que eres tú y estas casi igual, tan hermoso como entonces.. quizás más, sigues pareciendo el niño más triste de la ciudad. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores? ¿del interrogante en tu mirada? La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas. No.. no teníamos nada. Dejando en los portales los secos de tus susurros, buscando cualquier rincón sin luz. Agárrate de mi mano que tengo miedo del futuro y detrás de cada huida estabas tú. En las noches vacías en que regreso solo y mal herido todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo, y ahora que te encuentro veo que aún arde la llama que encendiste.. nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte. Debo decirte algo antes de que te bajes de este sucio vagón y que de muerto, mirarte a los ojos y tal vez recordarte que antes de rendirnos fuimos eternos...
Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. 
-¿Cómo estás? ¿Cuánto tiempo te acuerdas de mi?
y una sonrisa tímida responde...
- Perdone pero creo que se ha equivocado
- Disculpe caballero, me recuerda tanto a un hombre que conocí hace ya, algunos años
y más vieja y más cansada vuelvo a mi asiento, aburrida vigilo las caras de los viajeros, compañeros de la rutina y en los bostezos.....