domingo, 2 de octubre de 2011

Querida primavera

Al fin has hecho notar tu llegada querida primavera, esa leve brisa que hace mi nariz y manos enfriar, ese leve destello del sol que llega justo a mi pelo y lo hace ver más claro. Esos pajaritos que cantan sin parar hasta ser escuchados, pero... nadie los escucha, solo se escucha el ruido desesperado de la ciudad, autos y sus bocinas, ambulancias y sus sirenas, gente y más gente. Si se callase el ruido, probablemente, al fin escucharíamos aquellos pajaritos, escucharíamos incluso las nubes moverse... Escucharíamos lo que nos quiere decir nuestro corazón, que a menudo, no escuchamos porque no lo logramos; Estoy con la mirada perdida en el aroma de las flores que nacen ahí, justo por donde van tu pasos. Mi aliento al lograr escuchar tu voz se estremece, mis pies cansados de tanto caminar tocan el pasto y luego de dos pasos están rodeando tu cuerpo. Pasan los meses, pasan lo años y cada primavera vuelve a revivir esa primavera... como si fuera ésta. Como si estuvieras aquí. Querida primavera, apresurate despacio y en cada paso deja un soplo divino, te lo pido