jueves, 15 de septiembre de 2011

Todo principio no es más que una continuación y el libro de los acontecimientos siempre está abierto a la mitad

Ambos están convencidos que los ha unido un sentimiento repentino. Es hermosa esa seguridad, pero la inseguridad es más hermosa. Imaginan que como antes no se conocían no había sucedido nada entre ellos. 


Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarle si no recuerdan, quizá un encuentro frente a frente alguna vez en una puerta giratoria, o algún "lo siento" o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono, pero conozco su respuesta. No recuerdan.
Se sorprenderían de saber que ya hace mucho tiempo que la casualidad juega con ellos, una casualidad no del todo preparada para convertirse en su destino, que los acercaba y alejaba, que se interponía en su camino y que conteniendo la risa se apartaba a un lado. 
Hubo signos, señales, pero... ¿qué hacer si no eran comprensibles?
¿no habrá revoloteado una hoja de un hombro a otro hace tres años? o incluso.. ¿el último martes?
Hubo algo perdido y encontrado, quién sabe si alguna pelota en los matorrales de la infancia, hubo picaportes y timbres en los que un tacto se sobrepuso a otro tacto. Maletas, una junto a otra, en una consigna. Quizá una cierta noche el mismo sueño desaparecido inmediatamente después de despuertar.

- ¿Crees en los amores a primera vista?
- ¿Acaso existen otros?